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Siglo XVII y principios del siglo XVIII: Escuelas del Norte, Francia, Italia
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En la 1a planta, pero en una parte más reciente del edificio (siglo XIX), se abre una galería dedicada al siglo XVII, donde se presentan sucesivamente las escuelas del Norte y la escuela francesa e italiana.
El Siglo de Oro, Flandes y Holanda, siglo XVII y principios del siglo XVIII
El Siglo de Oro corresponde con una fase particularmente fecunda del arte de los Países Bajos, dominada por la personalidad de Rubens.
Se responden varias temáticas:
*- En torno a Jan Brueghel el Viejo (cuya familia desempeñó un papel importante en la pintura flamenca a lo largo de todo el siglo XVII): cuadros religiosos o mitológicos, obras de Francken, Van Lint y, en particular, la obra de Hendrick Van Balen y Jan Brueghel el Viejo, El festín de los dioses.
*- En torno a Peter Paul Rubens (que fundó un taller muy productivo en Amberes): un Sileno borracho del entorno de Rubens, una gran Asunción de la Virgen de Van Thulden, alumno de Rubens, un magistral Autorretrato de Jordaens.
*- El paisaje, muy en boga en aquella época entre artistas y coleccionistas: paisajes animados de personajes en Van der Hagen, Hackaert, van Gillis o con ruinas antiguas como marco (Glauber, Breenbergh, Poelenburg), o incluso los pequeños cuadros con escenas mitológicas (Van Mieris, El rapto de las Sabinas, Verbuys, Venus y Marte), muestran un mercado del arte muy activo.
*- En una pequeña sala contigua, el tema de los Retratos, naturalezas muertas y escenas de género pretende evocar un gabinete de coleccionista flamenco del siglo XVII. Las naturalezas muertas (Van Kessel, Gillemans, Van Es, Denies) y las escenas de género (Téniers, El cara a cara o La madre difícil; Caulery, de Vos, Perro arrollado) eran muy apreciados por la gran burguesía mercantil de aquella época.
Francia: Luis XIV y la Regencia, 1643-1723
La sala siguiente corresponde con la producción en Francia, en el siglo XVII y a principios del siglo XVIII.
El clasicismo, opuesto más tarde al barroco, queda aquí ampliamente representado por dos grandes lienzos de Philippe de Champaigne, Jesús entre los doctores, y Los peregrinos de Emmaüs, así como dos bellos pendants de Nicolas Loir y obras de Stella y La Fosse.
El cuadro de Pierre Mignard y, todavía más, los de Antoine Coypel a principios del siglo XVII (Venus y Vulcano y, en particular, El Olimpo) ilustran el debate entre color y dibujo, que ve triunfar el color.
Italia en los siglos XVII y XVIII
La última sala de la primera planta trata Italia en los siglos XVII y XVIII, a través de varias corrientes artísticas o escuelas regionales.
La escuela napolitana está muy marcada por el barroco y el caravaggismo (cuadros de Fracanzano, San Pedro arrepentido, Solimena, La Anunciación; Giordano, La Virgen adorando al Niño…).
El clasicismo se expresa de diferentes maneras en los cuadros de Vanni, Mola, Agar y el Ángel, Badalocchio o Lorenzo Lippi con la magnífica Alegoría de la simulación.
Por último, está presente la escuela veneciana de finales del siglo XVIII, entre otras, con dos vedute de Venecia por Guardi y la magistral Apoteosis de la casa Pisani de Giambattista Tiepolo.